martes, 7 de diciembre de 2010

Dos alimentos fundamentales

Por Elsa Aracena
            El soneto Ternura de Alfonsina Storni presenta una escena de la vida cotidiana en la que una madre da el pecho a su bebé bajo la mirada atenta y cariñosa de su compañero. Y esta descripción la hace con un lenguaje poético preciso (Canarios de oro cantan bajo los corredores), aunque con ciertas palabras un tanto elevadas para un lector común. Tiene asimismo una musicalidad bastante clásica lograda en base a la rima consonante:

Son jóvenes, son bellos y se aman. El niño
De diez días, desnudo, llora en el desaliño
De las telas nevadas y estampadas de flores.
Canarios de oro cantan en los corredores.

            El poema es muy interesante porque la historia que presenta conmueve, sobre todo en tiempos como los nuestros, cuando en la calle se encuentra a muchos niños víctimas de desnutrición crónica, niños que acaso no tuvieron los alimentos principales en los primeros días de la vida: leche y amor materno.




Ternura

Septiembre. El duraznero, florecido, decora
las ventanas del cuarto. Las manos de la madre
están blancas, exangües, y, sobre ellas el padre
pone los labios buenos, tibios y los demora …

Son jóvenes, son bellos y se aman. El niño
de diez días, desnudo, llora en el desaliño
de las telas nevadas y estampadas de flores.
Canarios de oro cantan bajo los corredores.

Es la siesta. La madre saca el seno jugoso,
blanco y suave. Trasiega su líquido precioso
a la boca del dulce animalillo lerdo

que ejercita, al sorberlo, su delicia primera,
recogido en el brazo de amarillenta cera
que le ciñe la nuca. Yo miro y te recuerdo.

Alfonsina Storni.

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